Mas claro agua

-Te lo digo en serio. No sé si reir o llorar.


- Llora de la risa. No es porque te lo tomes de manera positiva ni nada de eso, es porque no te conformarías con una sola de ellas.

Entre cañas

Siempre oímos que la belleza está en el interior, pero hay gente que no tiene suficiente fondo

Joyita escuchada durante la última reunión cerveceril (hasta la próxima que me pueda permitir)

Reencuentros

Se conocieron de nuevo al apagar la luz. Demasiado tiempo sin refrescar la memoria para que nada hubiese cambiado en ellos. Detalles, posturas y gestos desconocidos en rostros familiares. Sensaciones incómodas de falsa o pretendida confianza.

Tiempo. Esa es la clave. Tiempo para ver en ese gesto extraño el minúsculo matiz de algo familiar. Tiempo para perderse en nada olvidándose de todo durante un breve lapso, una hora o una noche. Descubrir que nuestro tiempo nos pertenece y que podemos estirarlo, encogerlo o regalarlo como se quiera. Asomarse al fondo dejando a un lado la superficie.

Todo fue surgiendo hasta que el panorama fue como siempre había sido. Como si nada hubiese cambiado. O puede que realmente nada hubiese cambiado.


Y al cerrar los ojos se saludaron.

Todo se acaba

Acércate - le decía algo en su interior.

Bueno, vale, lo que veas. Pero entonces ¡haz algo! - le pidió aquella molesta vocecilla.

Siguió apoyado en la pared dando las últimas caladas. Quedaba poco, pero lo pensaba disfrutar allí tranquilo, viendo como el humo que expulsaba se diluía en el aire. Cerca un grupo de chavales discutían. Tenían algún problema en común, de hecho bastaba un somero vistazo para adivinarlo: bebían demasiado.

No pasa nada.- pensó mientras sujetaba el filtro con cuidado. Cada vez era más difícil.

El vocerío aumentó hasta molestarle, pero él continuó observando la situación. El ruido le crispaba los nervios, pero algo más fuerte le mantenía allí esperando el desenlace. Uno de los integrantes del grupo empujó a otro. El resto voceó aún más y varias manos empujaron al primero. Cayó al suelo y un intenso dolor le hizo abrir la mano y dejar caer la colilla. Se chupó el dedo quemado y se separó de la pared. Se acercó.