Tiempo. Esa es la clave. Tiempo para ver en ese gesto extraño el minúsculo matiz de algo familiar. Tiempo para perderse en nada olvidándose de todo durante un breve lapso, una hora o una noche. Descubrir que nuestro tiempo nos pertenece y que podemos estirarlo, encogerlo o regalarlo como se quiera. Asomarse al fondo dejando a un lado la superficie.
Todo fue surgiendo hasta que el panorama fue como siempre había sido. Como si nada hubiese cambiado. O puede que realmente nada hubiese cambiado.
Y al cerrar los ojos se saludaron.
2 comentarios:
La leche que profundo :D
No conocía esa canción. No les pega mucho al grupo ¿no?
Es una que hicieron entre Sínkope y Mago de Oz. Tiene unos años ya, pero no es muy conocida.
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