Me da miedo. Acostumbrado como estoy, aún tengo respeto a la hoja en blanco. Me basta mirarla para que el bolígrafo de la mano empiece a juguetear entre los dedos como con vida propia. Y las ideas se empiezan a escapar a hurtadillas hasta que me doy cuenta de que estoy vacío. Vacío como la página que tengo frente a mí. Tantas veces me ha pasado que ante la recurrente petición: No pienses en nada, basta con que recuerde la situación y piense en una hoja en blanco para olvidarme de todo lo que tuviese en mente. Al menos de forma temporal.
Así, aprovecho la acuciante falta de creatividad en algo con sentido. De hecho, pensar en ello me ha hecho escribir todo esto. Fíjate.
En blanco
Se le ha caido a
Jarrek
el jueves, 4 de febrero de 2010
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De la cabeza al papel y a la papelera
2 comentarios:
Parece que estrenas una etiqueta muy descriptiva.
Sí, si supieses la cantidad de chorradas que escribo y que no me decido a publicar...
La verdad es que mucho contenido no van a tener, pero bueno
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