Despertares

El despertador le devolvió a la vida. Si es que aquello se podía llamar vida. Casi tan dormido como pocos segundos antes se levantó tambaleante hasta el baño. Encendió la luz y se miró al espejo. Los ojos hinchados por el sueño y el pelo despeinado por la batalla diaria contra la almohada. Bostezó frente al espejo, tan cerca que empañó su superficie. Abrió el grifo mientras se rascaba el estómago por debajo del pijama y observaba como el nivel del agua subía lentamente desde el tapón del fondo por el hueco del lavabo. Cuando le pareció suficiente, cerró el grifo, metió las manos en el agua y preparó sus sentidos para el primer sobresalto del día.


Se echó agua sobre la cara varias veces a pesar de que le parecía que estaba helada.Una vez terminó alargó el brazo hacia la toalla e incorporándose se secó el rostro. Lo que vio en el espejo hizo que la toalla se le escapase entre los dedos y cayese al suelo. El rostro que encontró frente a él era desconocido. Salvo los ojos, que ahora relucían con un brillo extraño, no reconoció ninguna de sus facciones. Asustado, miró hacia otro lado y su mirada topó con el agua del interior del lavabo. Su antiguo rostro, sus rasgos, flotaban en el agua perezosamente. Intentó atraparlos con las manos, pero parecía como si evitasen su contacto danzando por el agua.

Rendido y sin saber muy bien que hacer, escuchó la señal horaria de su reloj. Quitó el tapón del lavabo, se vistió apresuradamente y de camino hacia la puerta cogió algo de la cocina para desayunar. No podía llegar tarde al trabajo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que colgado estas madre mia! pero tu sigue asi q cuando vuelva tienes que estarlo mas aun!

Jarrek dijo...

Jajajaja
Creo que esto va a mas.
Como decía nuestro ex-presidente con ese acento tan molón:
"Estamos trabajando en ello..."