Poniéndose al día

Llevaba demasiado tiempo acelerado. Haciendo cosas, siempre arriba-abajo y con mil cosas en la cabeza no tenía tiempo para hacer lo que realmente quería. Cada vez que se le ocurría algo lo apuntaba en un cuaderno para hacerlo cuando tuviese tiempo. Harto de aquello, pensaba a menudo en lo que haría una vez terminase todo. Nada, no haría nada. Se sentaría en un rincón agradable a mirar como pasa el tiempo. O una hamaca, playa, sombrilla y un mojito. En resumen, disfrutar del tiempo paladeándolo poco a poco.

Y así pasó. Todo el trabajo quedó atrás y se dispuso descansar. Se sentó, casi se desplomó en el sofá notando la suavidad de la tela sobre la piel, el agradable calorcito que se empezaba a acumular bajo su cuerpo y... algo que le estaba pinchando en el culo. Metió la mano y sacó el cuaderno de anillas. No tuvo mas que abrirlo por la primera página para encontrarse de nuevo en pie. De nuevo, otra vez, tenía cosas que hacer. Sin embargo no era lo mismo. No había ni punto de comparación.

0 comentarios: