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Consumismo


 

Creo que nunca sabré si el autor/a quería hacer crítica social o no. Pero en cualquier caso eso no quita que me hiciese bastante gracia.

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Fotografía tomada con móvil en Madrid (España), a media altura del Paseo de la Chopera, frente a la sala Matadero

Sinceridad

Quizá al contártelo haya omitido parte de la verdad, mas concretamente toda.

Pipas para vagos

Mi curiosidad desbordada y la capacidad de dedicar el tiempo a cosas intrascendentales se han unido para quitarme uno de esos pesos con los que vengo viviendo hace años. Una de esas incógnitas que no te quitan el sueño hasta un día tonto en el que te lo quitan. Y no merece la pena, pero que le vamos a hacer. En este caso: cómo y/o quién pela las pipas que se venden ya peladas. Tras una ligera búsqueda en Google he de decir que me ha decepcionado bastante. Es un proceso industrial sin estilo ninguno compuesto por varios pasos
  1. Se secan las semillas provocando con ello el quebrado y la apertura de las cáscaras.
  2. Se introducen en un recipiente giratorio similar al tambor de una lavadora.
  3. Se someten a un chorro de aire a presión mientras el recipiente no cesa de girar como si estuviese centrifugando. La combinación de la presión del aire y los golpes acaban por romper la cáscara separándola de la semilla.
  4. Otro chorro de aire a menor presión arrastra las cáscaras que pesan menos que la semilla, que permanece.
  5. Se pasan por una criba que separa las semillas peladas de las que, a pesar del proceso, quedaron sin pelar.
Me temo que voy a tener que descartar la idea de unos pobres trabajadores ilegales encerrados en un sótano en la otra punta del mundo para enriquecimiento de una multinacional. Y la de una cadena de loros pelando pipas. O mejor no lo descarto, que leches.

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Fuente

No demasiado cómodo

“Cualquiera diría que es lunes”, pensó mientras veía detenerse el vagón al que subiría de inmediato. Tanto en el andén como en la estación en general escaseaba la gente, pero un vagón completamente vacío era algo bastante anormal un lunes a primera hora. En cualquier caso, se sentó al azar ya que el viaje duraría tres o cuatro paradas. Abrió el libro y empezó a leer con cuidado, no fuera que se sumergiese demasiado en la historia y se pasase de estación…otra vez.

La primera parada llegó sin que levantase la nariz de entre las páginas, en la siguiente ojearía los carteles para confirmar cuando se tenía que bajar… pero no en la primera. Notó una presencia a su izquierda, se inclinó un poco hacia el lado contrario para dejar sitio y el tren volvió a arrancar. En ese punto se desenganchó del libro y levantó la cabeza. Hizo una visual de todo el vagón y se dio cuenta de que seguía vacío. Bueno, no exactamente vacío porque él estaba dentro, y una chica que escuchaba música sentada a su izquierda. Le pareció raro, pero más raro era que no conociese de nada a aquella chica ni que ella se limitase a mirar fijamente al frente mientras de sus auriculares salía un tonillo apenas distinguible que bien podía recordar a Muse, Editors o puede que Foo Fighters… Bueno, da igual, el caso es que aquel pobre muchacho se encontró con un libro en las manos con el que no sabía que hacer, una chica que escuchaba música a su lado en un vagón vacío y un par de paradas hasta su destino. Debería haber seguido, al menos, mirando el libro simulando leer pero lo cierto es que este chaval se suele caracterizar por no hacer las cosas idóneas en los momentos determinados. Cerró el libro y lo guardó en la mochila de manera lenta, intentando gastar el máximo tiempo durante el viaje. Asustado no, pero sí algo inquieto observó en el reflejo de la ventana de enfrente cómo la chica seguía en la misma posición: sentada con la espalda recta con los cables de sus auriculares cayendo desde sus oídos y, aquí llega la inquietud, mirando al frente sin parpadear durante todo el tiempo que duró el examen visual.

Desde ese punto hasta que salió del vagón en su parada, el chico estuvo recordando situaciones incómodas pero o no cayó en la cuenta o todas le parecían demasiado lejanas como para ni siquiera llegar a compararse a aquello. La típica situación de subir en ascensor con desconocidos le pareció, cuanto menos, insignificante.

Hasta siempre

Una gran película de un gran cineasta. Que mejor día que hoy para recordarla.


Ni que hubiera perdido el lápiz


Escribo poco, y lo poco que escribo no lo publico.  Descanso y me centro en disfrutar. De los siete pecados capitales ahora mismo me estoy centrando en la pereza, la lujuria y la gula.

Vamos, que sigo vivo. Y viviendo. 

Imagen de Lyn Estall

Un no parar

Muchas cosas que hacer, aparcadas y en proceso. Cosas abandonadas hasta que pueda ocuparme de ellas. Otras cosas que nunca he hecho y quiero y voy a hacer. Incluso cosas que no quiero y tengo que hacer. Todo junto y bien removido. De golpe y porrazo. Y no puede ser, que uno no da abasto.

Así que nada, ahí ando. Demasiada cantidad para un agujero tan pequeño. Con un poco de todo pero haciendo hincapié en lo importante. Porque al fin y al cabo es lo que importa. Lo importante. Eso.

Ojalá lo supiera

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PD: De regalo un poco de culturilla sobre embudos que recuerdo del último cruce al charco

Pequeños placeres

El pitido inaguantable del despertador le hizo levantarse con un salto de rabia. Paró el irritable sonido mientras metía la cabeza en el lavabo lleno de agua… ¿o fue antes? ¿o después?

Notaba como el agua fría parecía llevarse parte del cansancio que acumulaba. Se alzó con los ojos cerrados frente al espejo, sintiendo como las gotas acumulaban el cansancio en su frente y caían por el peso resbalando poco a poco por sus mejillas y nariz, y por último barbilla. Era ahí abajo donde perdían toda la placidez y se precipitaban de golpe de vuelta al lavabo. La suave brisa que se colaba por la ventana le acariciaba la cara dándole una agradable sensación de frío y secando su piel. Ya notaba casi toda la cara seca, salvo la piel bajo el pelo, algún recoveco bajo la nariz y en el mentón.

Unos golpes en la puerta del baño lo trajeron de nuevo al mundo. Abrió la puerta y se encontró con una fingida y forzada expresión de disgusto por la espera.  Él adoptó una expresión entre fastidio y resignación.

-Siempre molestando- dijo mientras salía, divertido.

Night & day

Había salido cuando el sol aún no se había dignado a aparecer. Ahora, acababa de entrar en su casa. Una media hora antes el sol se había puesto por completo por lo que en su barrio, su calle, la luz amarillenta de las farolas le había acompañado tanto en su ida como en su vuelta. Dejó las llaves en una mesa cercana y sacó las cosas de su mochila. Cartera, libro, carpetas, móvil... con una llamada perdida. Siempre ocurría igual. Silenciaba el teléfono cuando no quería ser molestado y se olvidaba de él. No era la primera vez que le pasaba. Tampoco sería la última. Vió el número, se hizo una idea del motivo de la llamada y justo a continuación llamó. Mientra los tonos de  la llamada se sucedian, se tumbó en la cama para descansar. Había sido un día muy largo y a medida que la conversación avanzaba se daba cuenta de que podía alargarse aún mas. No tuvieron que insistirle mucho.

Se levantó de la cama y se fue directo a la ducha. Esperaba que el agua fría le ayudase a despejarse o que al menos le ayudase a retrasar la hora de irse a la cama. Todo es psicológico - se repetía mientras pensaba en el plan de esa noche. Tomó los bostezos que le vencían como si fuesen hambre y atracó la nevera apresuradamente. No le sobraba el tiempo, como pudo comprobar la vecina de enfrente cuando lo vio salir mordisqueando una manzana.

Al día siguiente el despertador sonó a la misma hora y él se levantó para un nuevo día. La diferencia estaba en que se levantó con el doble de cansancio y mal humor.

Vámonos

Cuando estás harto y parece que no puedes soportar más. Cuando no te da tiempo a pensar porque te mantienes demasiado ocupado en actuar. Cuando llevas días recortando horas al sueño. Pero sobre todo, cuando ves la luz al final del túnel. En ese transitorio de: "¡Por fin se acaba! Pero aún queda un poco" Ahí, justo ahí, es cuando más ganas de mandar todo a la mierda (la vía rápida y no siempre equivocada) o mirar arriba y acordándote de lo que haya, si hay, ahí en lo alto, gritar.





Tremenda canción con una gran historia, pero de esas que pierden la gracia al escribirse para contarlas

Mas claro agua

-Te lo digo en serio. No sé si reir o llorar.


- Llora de la risa. No es porque te lo tomes de manera positiva ni nada de eso, es porque no te conformarías con una sola de ellas.

Deslumbrados

Hacía frío en la cola, esperando para entrar. Pero todos los niños y caramelos esperaban pacientes mientras llegaba la hora. Grupos de niños juntos, grupos de caramelos y mezclas varias. Pero todos estaban allí para lo mismo y el frío y lluvia no eran tomados en cuenta. Yo también, junto a un caramelo, esperaba pensando en lo que estaba por llegar.

Abrieron las puertas y, entradas en mano, la cola fue reduciéndose hasta que todos estuvimos en el interior del teatro. Yo ya lo conocía, así que mientras algunos miraban el decorado y la arquitectura de la sala, yo me dediqué a hablar con el caramelo. Y tiempo me dio durante casi media hora.

Las luces se apagaron, se hizo el silencio y luego un único foco alumbró el centro del escenario. Todos vimos al caramelo. Para unos no era la primera vez, pero si para mi. Comenzó la música y todos seguimos mirando, embobados. Multitud de niños con los ojos brillantes y bocas abiertas, olvidando todo a su alrededor. Querían ese caramelo. Verlo de lejos, no fuera que se rompiese al tocarlo. Tampoco comérselo, era demasiado perfecto para echarlo a perder. Pero, extraño, los caramelos también observaban fascinados. Y no era para menos, la verdad.

Entre canción y canción el silencio continuaba, como si el público temiese romper algo emitiendo cualquier ruido. La verdad es que me sorprendió muchísimo ese detalle. Porque apenas cruzó un par de frases con el público, y de hecho no eran necesarias. Un par de sorpresas; material y sonoras


Y se acabó. No podría decir cuánto tiempo duró. No se me hizo corto ni largo. El tiempo dejó de tener sentido allí dentro. Salimos volando en una nube y hasta un par de horas después no pudimos cerrar la boca.


No me extraña

Dulces sueños

Pocos grados de temperatura en la calle donde espero con impaciencia y aun mas frío al autobús que me va a llevar a casa. Luces en la lejanía que crecen hasta formar el número del autobús esperado. Tii-ti-ti. Guardo el billete con las manos casi inútiles a causa del frío y me siento al calorcito. El resto de la gente que esperaba fuera hace lo mismo y al poco rato el conductor arranca.



Miro por la ventanilla. Si se pudiese ver el frío, allí fuera, le habría hecho un corte de mangas desde donde estaba, sentado bajo un chorro de aire caliente de la calefacción. El bamboleo, la agradable temperatura y el cansancio acumulado se reúnen y me empieza a costar mantenerme despierto. Lo último que recuerdo es la cara de la chica de enfrente antes de que se levante con calma y de repente me pegue una bofetada.

Abro los ojos sorprendido. Debo haber pegado un respingo porque la chica, que sigue sentada delante, sonríe al verme. Me estoy sobando - pienso. Mosqueado conmigo mismo me pongo a mirar por la ventana. Compruebo que ella sigue sentada delante hasta que de nuevo los párpados de plomo cierran el  telón. Esta vez no me pillas desprevenido - es mi último y absurdo pensamiento.

Una voz gritando me despierta de golpe de haciendo que me golpee la cabeza contra el cristal de la ventana.
La madre que... - pienso mientras distingo a duras penas que el autobús está vacío y el conducto me llama para que baje. Me levanto automáticamente y salgo de nuevo a la calle. Ya entre sábanas, vuelvo a cerrar los ojos

Que no me parece bien, y ya está


Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Molón

Me ha llegado por correo electrónico. Me ha parecido genial


Con campañas así se consiguen apoyos, espero que les vaya bien.

Cenando

Hay cosas que nos gustan mucho aunque no tengan mucho sentido


Es normal que haya otras que no entiendas y no te gusten. No le des mas vueltas

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Por hacer que escuche una opinión propia proveniente de otros labios.
Solo por eso te has ganado otro pescado al horno. O dos

Welcome back

Le pareció despertar de un sueño pesado, demasiado profundo. Sintió los ojos abrirse lentamente, con esfuerzo. Casi le pareció escuchar las bisagras chirriando a medida que los párpados se abrían.

El entorno era demasiado claro pero se acostumbró al poco rato y pudo mirar a su alrededor. Se le daba bien acostumbrarse, siempre lo había sabido. Pero estaba en esos momentos de transición en los que los números en el despertador, la lámpara colgando del techo y el suelo de madera le resultaban familiares como un viejo amigo al que hace años que no ves. También le extrañaba que los pájaros no le despertasen al amanecer, que la luz se filtrase por las ranuras de las contraventanas metálicas y que abriendo la ventana y no viese el pino que ocupaba casi todo el patio que ya tampoco veía.


No sabía muy bien dónde estaba, pero sentía poco a poco como su ritmo vital se aceleraba poco a poco:

Bueno, ahora toca ésto.
Supongo


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Foto: Flickr

A cantar

I Still Haven’t Found What I’m Looking For

I have climbed the highest mountains
I have run through the fields
Only to be with you
Only to be with you.

I have run, I have crawled
I have scaled these city walls
These city walls
Only to be with you.

But I still haven’t found
What I’m looking for.
But I still haven’t found
What I’m looking for.

I have kissed honey lips
Felt the healing in her finger tips
It burned like fire
This burning desire

I have spoke with the tongue of angels
I have held the hand of a devil
It was warm in the night
I was cold as a stone.

But I still haven’t found
What I’m looking for.
But I still haven’t found
What I’m looking for.

I believe in the Kingdom Come
Then all the colours will bleed into one
Bleed into one.
But yes, I’m still running.

You broke the bonds
And you loosed the chains
Carried the cross of my shame
Oh my shame, you know I believe it.

But I still haven’t found
What I’m looking for.
But I still haven’t found
What I’m looking for.

But I still haven’t found
What I’m looking for.
But I still haven’t found
What I’m looking for.

Me la sé entera. Enterita.
Cuando supimos aquel detalle de la autocaravana alquilada y excesivamente barata en la que íbamos a recorrer buena parte del sur de Irlanda decidimos aprender cada uno una canción de algún grupo/músico de allí y yo escogí ésta. Otros escogieron otras, como ésta.
Pero la canción perdía gracia (para el cantante) cuando se cantaba a pleno pulmón mientras uno se duchaba con agua fría en una ducha tan estrecha que casi no podías subir las manos para enjabonarte la cabeza.
Debemos tener algún toque masoca.
Joder, pero las risas que nos echábamos escuchándonos unos a otros...

PD: Ya he vuelto, a ver si me pongo a escribir cosillas de ahora en adelante.

Volando

Me acababa de sentar en mi butaca. Cuando por fin encontré la fila y la numeración, porque había tardado lo mío. Con el equipaje de mano ya colocado, tuve entera disposición para verla pasar. Más bien venir. Rubia y alta, como la mayoría de danesas que había visto en los últimos días. Caminaba por el pasillo con seguridad hasta pararse justo en la fila de delante. Subió con bastantes dificultades una pequeña maleta de mano en el compartimento superior. Quizá debería haber ayudado. Hubiera sido algo típico de mí. Pero no lo hice sencillamente porque estaba atontado mirándola. Estaba comprobando que no era un ángel al no haber encontrado ni rastro de alas. Ella estaba ocupada y por sierte no se daba cuenta.

Con el clic del cerrado del compartimento me puse a mirar por la ventana como disimulando de mala manera. Y entonces, cuando parecía que se iba a sentar, pero con un rápido movimiento se giró y tras echar un vistazo al etiquetado de las butacas se sentó a mi lado.

El piloto avisó del despegue y todos nos pusimos los cinturones. Los motores aceleraron y se empezó a notar la velocidad mientras avanzábamos por la pista. De reojo miré a mi lado y vi sus azules ojos clavados en el respaldo de la butaca que tenía delante. Parecía tensa. Yo tambien debería haberlo estado, pero desde que la había visto me la imaginaba bajando de los cielos vistiendo armadura y espada, como las antiguas valkirias que se aparecían a lo guerreros para llevarlos al Valhalla.

Con otro aviso del piloto, la gente empezó a quitarse el cinturon y ella, al girarse un poco para quitarselo me miró. Sonrió, y le devolví la sonrisa mientras yo también desenganchaba mi cinturón del cierre. Abrí el libro que tenía para el viaje y me puse a leer, aunque era consciente de que no me estaba enterando de nada. Ella miró un poco por allí y por allá. De hecho me pareció que leía el titulo de mi libro, curiosa (aunque dudo que entendiese nada salvo el nombre del autor, por estar el título escrito en castellano). Yo por el contrario intentaba leer, intentaba que mis ojos no se paseasen por el papel siguiendo la trayectoria de una mosca volando. Entonces, cuando me pareció que ya tocaba pasar de página escuché un pequeño chasquido a mi izquierda. Simulé que estiraba el cuello hacia atrás y miré un poco. Ella manejaba algo pequeño y metálico. Acercó sus manos e inmediatamente volví a escuchar el mismo chasquido. La valkiria había perdido el toque divino, había pisado el suelo. Volví a abrir el libro y empecé, ahora sí pude, a leer.

Mas tarde me pregunté como había sido capaz (aunque quizá fuese porque era bastante pequeño) de colar un cortauñas en el equipaje de mano

Poniéndose al día

Llevaba demasiado tiempo acelerado. Haciendo cosas, siempre arriba-abajo y con mil cosas en la cabeza no tenía tiempo para hacer lo que realmente quería. Cada vez que se le ocurría algo lo apuntaba en un cuaderno para hacerlo cuando tuviese tiempo. Harto de aquello, pensaba a menudo en lo que haría una vez terminase todo. Nada, no haría nada. Se sentaría en un rincón agradable a mirar como pasa el tiempo. O una hamaca, playa, sombrilla y un mojito. En resumen, disfrutar del tiempo paladeándolo poco a poco.

Y así pasó. Todo el trabajo quedó atrás y se dispuso descansar. Se sentó, casi se desplomó en el sofá notando la suavidad de la tela sobre la piel, el agradable calorcito que se empezaba a acumular bajo su cuerpo y... algo que le estaba pinchando en el culo. Metió la mano y sacó el cuaderno de anillas. No tuvo mas que abrirlo por la primera página para encontrarse de nuevo en pie. De nuevo, otra vez, tenía cosas que hacer. Sin embargo no era lo mismo. No había ni punto de comparación.