Welcome back

Le pareció despertar de un sueño pesado, demasiado profundo. Sintió los ojos abrirse lentamente, con esfuerzo. Casi le pareció escuchar las bisagras chirriando a medida que los párpados se abrían.

El entorno era demasiado claro pero se acostumbró al poco rato y pudo mirar a su alrededor. Se le daba bien acostumbrarse, siempre lo había sabido. Pero estaba en esos momentos de transición en los que los números en el despertador, la lámpara colgando del techo y el suelo de madera le resultaban familiares como un viejo amigo al que hace años que no ves. También le extrañaba que los pájaros no le despertasen al amanecer, que la luz se filtrase por las ranuras de las contraventanas metálicas y que abriendo la ventana y no viese el pino que ocupaba casi todo el patio que ya tampoco veía.


No sabía muy bien dónde estaba, pero sentía poco a poco como su ritmo vital se aceleraba poco a poco:

Bueno, ahora toca ésto.
Supongo


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Foto: Flickr

1 comentarios:

ana dijo...

No te quejes, que no puedes vivir sin el ritmo urbano.
Si te llaman gato...