Esperando el momento

Estrellé, como con rabia, la colilla entre los montones de ceniza y colillas que amenazaban con salir por los bordes del cenicero. Sentado en la pequeña mesa esperaba rodeado de gente en mitad de aquella cafetería. Tres cuartos de hora...nuevo récord pensé al ver la familiar figura de mi informante atravesar la puerta. Había venido corriendo, como si las gotas de sudor que resbalaban por su frente fuesen a mitigar mi enfado por la espera. Atajé su disculpa con un gesto de mano y con esa misma mano hice una seña al camarero. Nervioso, se sentó con precipitación, las palabras salían a borbotones de su boca: Me alegro de verle. Un cortado. Descubrí algo sobre aquel tipo, parece que no vive por la zona. Bonita corbata. He hecho algunas fotos... - con la mano alargó una carpeta de cartón, que puso sobre la mesa ante mí antes de sacar y encender un cigarrillo que chupó con ansia. Dios como odio a este tipo Tanto la forma de hablar, de saltar de tema a otro como su nerviosa forma de ser me resultaban casi insoportables. Pero era el mejor en lo que hacía. Tenía contactos por toda la ciudad, y a juzgar por las fotografías que ya ojeaba también era un buen fotógrafo.


Solo necesitaba un poco más de tiempo y una pizca de suerte y habría resuelto el caso. Por fin podría echar el cierre al expediente y tomarme unas largas vacaciones. Pronto todo acabaría.

0 comentarios: