Al rato el aburrimiento volvió a atacar. Debería hacer algo. Levantarme a aprovechar el tiempo... Y tenía muchas cosas que hacer. Hice memoria y empecé a enumerarlas, y al terminar me dí cuenta de que la rama continuaba bailando al son del viento.

A los cinco minutos el movimiento fue disminuyendo hasta que cesó por completo. Esperé un rato, pero el viento no volvió a soplar. Hay que joderse, parece que lo hacen a propósito
Me levanté y me puse manos a la obra.
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