En tensión

La visión era algo borrosa, con un matiz onírico que irradiaba desde cada partícula a la vista. Sentada escuchaba a su alrededor. Pero no distinguía nada. Ni veía ni oía nada a su alrededor, a pesar de tener esa instintiva sensación de que alguien merodeaba cerca. Se concentró para mantener el control y casi lo logró hasta que, notando como se erizaban los pelos de su nuca, percibió algo a su espalda. Se giró preparándose para lo peor, pero no estaba preparada para no encontrar nada. Poniéndose en pie empezó a girar sobre sí misma buscando. Pero siempre es más fácil buscar si sabes lo que quieres que encontrar.

No entendía nada. No sabía que era lo que quería de ella. Ni siquiera la había tocado, no parecía querer causar ningún daño. Tan sólo se limitaba a acercarse por la espalda, donde sus ojos no podían llegar. Pero siempre, en el momento crítico, desaparecía al girar la cabeza. Era como si quisiese algo de ella, algo físico. Robárselo.

Desesperada, se inclinó sobre el suelo, guardando no sabía muy bien qué en su regazo. No tenía nada. No entendía nada. Y percibió, ésta vez mucho mas cerca, algo a su espalda. Un grito de alerta y un tenue contacto se produjeron al unísono.


Abrió los ojos molesta por la luz que se colaba entre la persiana de su habitación. Incorporándose desde la cama, a su alrededor, pudo ver el familiar entorno de su cuarto. Todo había sido un sueño, un mal sueño. Allí no había nadie. La habitación estaba como siempre. Sin embargo en lo más profundo de su corazón notaba que faltaba algo. Algo que no llegaba a identificar, pero que había sido cortado de raíz. Algo que pudo ser o no serlo, pero que ni siquiera tuvo la oportunidad de crecer. Enfadada, confundida y angustiada, se dejó caer de golpe sobre la almohada.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Los sueños nos recuerdan las cosas que deseamos, y que nunca nos atrevimos a conseguir. Son quienes mejor nos conocen...

Jarrek dijo...

Sí, y creo que a pesar del tiempo nadie llega a conocerse a sí mismo.
Mejor, ¿no? Si no todo sería mucho más aburrido.

¡Gracias por el comentario!

Unknown dijo...

Lo siento Marta, pero no estoy muy deacuerdo con tu opinión...sorry!!

No siempre te muestran o recuerdan las cosas que deseas eh?? también pueden mostrarte las cosas que mas aborreces, las que mas miedo te dan o las que menos deseas que te ocurran...

Eso sí, dadas las cosas absurdas que he llegado a soñar, en lo que si estoy de acuerdo es que son los que mejor nos conocen.

Pero weno, ya sabeis lo que siempre digo: deja de soñar tu vida y vive tus sueños...
es un topico, pero me gusta, y lleva un par de años funcionandome! ;D

Y despues de este testamento: un beso a ambos y muuuuucho animo y muuuucha suerte!!!!

See youuu

Unknown dijo...

P.D.- La historia muy buena ;)

Anónimo dijo...

A ver , Euuuu, no me refería a toooooodos los sueños. Por supuesto que existen las pesadillas. Y sueños que nos hacen darnos cuenta de los miedos que tenemos.

Pero algunos, como el que ha escrito jorge, te hacen darte cuenta de lo que realmente quieres, de lo que tu subcosciente quiere...y a veces sólo se quedan ahí, en sueños. Otras no :)

Jarrek dijo...

¿Pero que sucede si, como en el relato, eres incapaz de saberlo?
Si sólo sientes que "te falta un trocito" pero no sabes si es porque no acercaste la mano cuando pudiste o simplemente se te cayó de la mochila mientras caminabas hacia donde fueses.
Y en esa situación a menudo esa sensación se pierde pero otras, en un momento determinado, te cae encima como una losa con todo su significado. Porque ya no proviene del corazón, si no de tu cabeza.

Y después, en la dirección que sea, todo sigue.

PD:Venga, más ladrillos :)

Jarrek dijo...

Por cierto, se me había olvidado antes. Aunque suene diplomático, estoy de acuerdo con vosotras :)

Anónimo dijo...

Yo nunca he tenido ese problema. No recuerdo los sueños al despertarme :(
De pequeñita si, pero ahora ya no.
Nusé porque será...
¡Ánimo con los exámenes!