Reducción

Hacía tiempo que le venía observando, desde arriba. Salía de su casa por las mañanas y llevaba a cabo sus tareas con un horario mas o menos marcado. Por la tarde o noche volvía, cansado a su hogar para descansar para el día siguiente. Y otra vez. Pero durante los fines de semana parecía variar sus costumbres. Se veía con gente a la que no veía durante el resto de la semana. Unos días unos, otro día otro grupo de gente. Apartando el hecho de que sólo se diese en los fines de semana, a mi al menos me daba la impresión de que eran esos momentos los que le daban algo de color y variedad a su programada vida. Y eran los que más me interesaba observar.

Un fin de semana quedó con los mismos que el anterior. Extrañado, no le dí demasiada importancia hasta que el siguiente volvió a ocurrir. Intrigado comencé a observar la situación a diario.

Parecía mas contento. Claramente mas contento. Dejo de ir a ciertos sitios hasta que prácticamente visitaba contados lugares. Lugares extraños por cierto, con el suelo marrón, blando y viscoso con un aspecto que desde mi punto de vista no incitaban a vistar (aunque supongo que todo es acostumbrarse). Caminaba por la calle con los ojos cerrados, que solo abría si en determinados momentos. Tambien empezó a dejar de quedar con determinadas personas, dejar de hablar con otras y dejar de verse con otras.Parecía como si hubiese hecho una selección de hechos, acciones y personas y se hubiese quedado con lo que era más importante para él. Supongo que no fue un cambio brusco, pero a mi me lo pareció. En cualquier caso, parecía mejor y mas a gusto consigo mismo.


A mí, que lo veía como he dicho desde muchos metros de altura, me sorprendió ya no sólo su actitud sino donde pasaba la mayor parte del tiempo y su conformidad con la situación. No es lo mismo ver las cosas desde aquí arriba. Se tiene una visión más amplia - me dije. Aún así...no entendía nada. Supuse que en todo aquello habría alguna razón que se me escapaba.

Asomado por el borde, agité la mano sobre mi cara para espantar a una mosca que llevaba un rato molestándome mientras le observaba. La mosca se alejó asustada y se posó en una cagada de perro que algún dueño poco cívico no se había dignado en recoger. Miré de nuevo hacia abajo desde el borde y a continuación observé a la mosca. Volví a mirar hacia abajo.

Me alejé del borde.

0 comentarios: