Parada en boxes

Llevaba más vueltas de las que podía contar y lo cierto es que la mecánica se resentía. En el cuadro de indicadores las agujas marcaban mínimos desde hacía un rato, las ruedas no se agarraban bien al asfalto y necesitaba que le retirasen otra capa adhesiva del visor del casco.

Siguió en el recorrido hasta que apareció esa flecha luminosa que apuntaba hacia el noroeste. Deceleró suavemente y giró el volante para desviarse hacia los talleres donde le esperaban. Frenó de golpe dentro del rectángulo pintado y notó la subida del chasis, los cambios de ruedas e incluso, o quizá fuese imaginación, le parecía escuchar el suave sonido del depósito al llenarse de gasolina. Por último, unas manos conocidas le retiraron la película sucia del visor y le acariciaron suavemente el cuello. Un coscorrón cariñoso en la parte superior del casco y el contacto del coche con el suelo.


Ya solo queda salir acelerando bruscamente a seguir con el recorrido restante. Pero antes de marchar, un guiño de "hasta luego"

-----------------------------------------------------------------------------------------
Porque hay cosas que no cambian Ni falta que hace.

5 comentarios:

alicia dijo...

¿Solo has escrito dos entradas sobre ese tema?
Cuento tres al menos.

Jarrek dijo...

Quizá alguna más, pero no iba a poner a buscar y enlazar todas...
Pura pereza

alfred dijo...

Te da juego a escribir. Porque se basa en el mismo hecho, pero cada vez lo haces de una forma diferente...

ana dijo...

Suelta por esa boquita, nene.
Porque algo tendrás que contar ¿o no?

Jarrek dijo...

Alfredo:Sí, lo cierto es que a menudo cojo un hecho y desarrollo una historia sobre él. Y da mucho juego, tienes toda la razón.

Ana:Los marujeos y vivencias te los comento en una llamada o mejor frente a frente con un par de cervecitas entre ambos ;)