Descenso hacia la locura (II)

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Bueno, primero me gustaría presentarme. Soy Jarrek Whitley. Inglés, de Southampton. Cómo he cruzado el Atlántico y he llegado hasta aquí se lo intentaré explicar. Quizá ya de paso comprenda algo yo también.

Como he dicho, nací en Southampton hace 33 años. Viví hasta hace unos pocos meses en una casa modesta con una familia acomodada y de modales anticuados. Mi familia. Es decir, según mis apellidos si podía considerar que tenía una familia... debía ser esa. No puedo decir que tuviese nada en común con ellos. Era demasiado nervioso y "excéntrico" para sus ordenadas vidas.
Cuatro meses atrás mi padre falleció y entre el hastío y el horror al contemplar la indiferencia con la que viví todo aquello decidí poner tierra de por medio. Con las noticias del reciente hundimiento del Titanic aún frescas en mi cabeza me dirigí, mandando todo al infierno, al puerto donde cogí un barco que me llevase a un nuevo mundo. A una nueva vida.


América no era tal y como la imaginaba ni como la pintaban. Malviví durante poco más de un mes y observaba el entorno donde traficantes de opio y delincuentes vestían zapatos impecables. No estoy hecho para el crimen, de eso estoy seguro, pero trabé amistad con algunos de aquellos personajes y empecé a ganarme la vida aprovechando las ventajas que ésto me ofrecía. Una de mis últimas y felices ideas había sido anunciarme en los medios locales como investigador privado suponiendo que mis contactos me proveerían de toda la información necesaria.

Antes de ayer recibía un mensaje de una supuesta cliente. Quería darme los detalles en persona en su casa. La cita era en dos días. Intenté recabar información sobre la mujer, la casa o cualquier contacto que tuviese pero parecía como si hubiese aparecido en Nueva Orleans por arte de magia, o siempre hubiese estado allí. No me gustaba nada de todo aquello, pero aun así decidí presentarme allí. Cauto, algo asustado y hecho un manojo de nervios.

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2 comentarios:

luis dijo...

¿La crónica de la partida?

Jarrek dijo...

Sí, de lo que recuerdo. Porque ya hace bastante tiempo la verdad