
Hace casi un año que bajó del muro, pero algo en sus ojos les hizo comprender que le pasaba algo. El niño se acercó a él, y el gato se puso a frotarse la cabeza con su pierna. Como siempre, pero no era como era siempre. El chico, al contrario que su madre, no se dio cuenta a la primera y tardó en comprender que algo no andaba bien. Le pusieron lo que había sobrado de la comida, y el gato comió todo sin rechistar. Y cuando todos pensaban que iba a salir disparado hacia el muro éste les miró y volvió a jugar con el niño. Desde ese día siguió por allí, paseando por el patio y llamando su atención. Como si necesitase su comida, mas bien como si les necesitase a ellos.
Ya está casi restablecido. Sus ojos han empezado a brillar de nuevo y cualquier día de éstos vaciará su plato y volverá a saltar el muro. Pero el brillo tiene matiz distinto, y no sabría decirte la razón pero creo que pasará por allí mucho más a menudo
3 comentarios:
Mas delgado estaba el gato. Y sigue.
Coge otra croqueta anda
Fdo:tu madre :P
Saludos cantábricos
Ooooh
Que tiennnooo
Tenía que decirlo
No mas croquetas. El gato está en su línea. Aunque se comería unos percebes para Navidad (indirecta lanzada)
¿"tiennnooo"? Si es que en cuando se escribe algo medio sensible...
Por cierto, tu primer comentario y te metes conmigo. Esto promete xD
Publicar un comentario