Descenso hacia la locura (IV)

Anteriormente

Desde el otro lado de la ventana observé el salón iluminado por la luz proveniente de las lámparas de aceite. Empujé suavemente el cristal hasta que pude oír con claridad lo que ambos personajes discutían. Bueno, mas bien era un monólogo. La mujer vestía un vestido claro y se paseaba frente al sillón donde estaba sentado un hombre. Caminaba con pasos apresurados y gesticulaba con los brazos ocasionalmente mientras el hombre la seguía con la mirada limitándose a escuchar. Ya habían dejado atrás las presentaciones y se disponían a hablar del tema que me interesaba. Hice un esfuerzo por escuchar la conversación:

- Se trata de mi marido. Un familiar lejano murió y un abogado se puso en contacto con él. Había heredado una excavación y una pequeña mansión en un pueblo cerca de Hammond. Salió hace un par de semanas para visitar sus nuevas propiedades, pero no he tenido noticias desde entonces. La ley aquí - señaló el suelo con un dedo - no es de lo más fiable, y esperaba que un investigador con experiencia pudiese llegar donde un uniforme no puede llegar, quizá más lejos de donde le sería permitido a un policía...

- Perdone que la interrumpa - añadió el hombre tras carraspear un par de veces. Parecía que el ajetreo de la mujer le ponía aún mas nervioso, si eso era posible - pero creo que será mejor que llevemos un orden, así que por favor. ¿Me puede contar exactamente qué quiere de mí?

La mujer se paró, e intentó calmarse mientras yo sonreía al otro lado del cristal. Ya había oído y visto suficiente. Mientras me alejaba de la casa no podía parar de pensar en la increíble capacidad interpretativa de Madame Renoir

0 comentarios: