Salir por la tangente

El pequeño intentaba con escaso éxito que el yo-yó subiese de nuevo una vez la cuerda estaba casi desplegada, pero poco tardó en aburrirse y cambiar de diversión. Con la cuerda extendida y el dedo aún sujeto al otro extremo empezó a girar el brazo poco a poco y después con mas fuerza de manera que en el otro extremo el yo-yó empezó a girar alrededor de su brazo. Manteniendo el brazo en horizontal y pegado a su cadera siguió dando impulso hasta que ya intuía, mas que ver, el peso de la cabeza de plástico cada vez que daba una vuelta. Al no variar la longitud de la cuerda, el yo-yó giraba en círculos en vertical. Él no lo sabía, pero todo ese movimiento era posible únicamente gracias a la cuerda.

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Notó como algo caía cerca de él, y despegando los ojos del libro lo buscó por el suelo. Con el movimiento del autobús le fue incómodo agacharse a recoger la hoja de papel, pero lo cogió con cuidado de que no se arrugase. Así, levantó la vista para devolverlo cuando sus ojos se cruzaron.
- Gracias - le contestaron unos ojos grises pero en cambio alegres.
- No es nada.
Él recogió las piernas para dejar que ella se sentase en el asiento de enfrente. Siguió leyendo el libro.
- ¿Qué lees?
Miró sorprendido, y sonrió al ver como ella agachaba e inclinaba la cabeza intentando leer el título.
- 'La catedral del mar', ya casi he terminado - dijo inclinando el libro hacia delante para que ella se hiciese una idea.
- ¡Lo he leído! Me enganchó mucho. El final se veía venir pero creo que es uno de los libros que mas me ha gustado. ¿No crees?
- La verdad, me está pareciendo una mierda.- se echó la mochila al hombro y se levantó - Bueno, me voy preparando que la próxima es la mía. 
Y se dio la vuelta sin esperar réplica


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De pronto la cuerda, que no soportaba la tensión creciente a la que se veía sometida, rompió con un leve crujido. El yo-yó salió disparado hacia delante, a media altura.
Los ojos del niño sólo alcanzaron a ver el agujero en la ventana.

2 comentarios:

be dijo...

Me encanta el título

alicia dijo...

El título es una expresión muy tuya.
Me gusta la mezcla que haces con las dos historias