Quitándose un peso de encima (y reciclando de paso)

Ya estaba harto de que siempre pasase igual. Parecía mentira que algo tan estúpido pudiese darle tantos problemas, pero así era. Así que decidió cortar por lo sano (nunca mejor dicho) y con unas cizallas rebanó sin pena ninguna el dedo gordo de su pie derecho. Cuatro días llevaba ya hinchándose y molestando hasta casi no poder dejarle andar. A partir de aquel día no echó nada de menos: ni el dolor ni el dedo; de hecho pudo volver a ponerse un par de zapatillas que tiempo atrás había descartado porque le apretaban los dedos. Bueno, exactamente pudo volver a ponerse una zapatilla, lo que no le solucionó demasiado la vida.
Todas las mañanas a la hora de calzarse veía el dedo gordo de su otro pie, irguiéndose desafiante como diciendo: "Aún estoy aquí, y te puedo joder como te hizo mi compañero si te pones chulo" Así las cosas, no tardó ni una semana en abrir de nuevo el armario de las herramientas.


Desde aquel día lleva aquellas viejas zapatillas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te lo he dicho alguna vez pero te lo repetiré:
Tío, me encanta como se te va :D

Un beso

Unknown dijo...

jorge!! Me encanta cómo escribes!!!

De verdad, es una pasada; Creo que me voy a leer todas tus historietas...no puedo parar!!

Mi blog es una basura comparado con el tuyo, pero por si tienes un rato en el que te aburres demasiado, aí te lo dejo :) www.martukis.es

bss!!

Jarrek dijo...

Ay Sandra si escribieses la mitad de lo que haces :P

Marta me alegro un montón de que te guste.Ya sabes donde estoy, y donde andan mis idas de pinza.Yo también leo a menudo el tuyo, pero Eu tiene que estar harta de que le pida la dirección cada dos por tres :D

Anónimo dijo...

No te creas, pero me alegro de que ya lo tengas apuntado por algún lado! jaja

Y por cierto, repito mi último comentario: Me has matao del todo. No estoy yo ahora con la mente para filosofar... :S

Nos vemos!