Betty Vixen

El acento londinense de Betty nunca fue un impedimento para su carrera artística. Carteles con su nombre pendían de la puerta de las mejores salas de espectáculos. Su precioso rostro y la desenvoltura con la que se movía en el escenario suplieron una voz que poco a poco fue perdiendo su encanto debido al consumo casi obsesivo de tabaco. Quizá fue sólo ley de vida o hubo algo más, pero la luz de la fama alcanzada se apagó de un soplido como la lámpara de un sereno.



Su representante, un aristócrata francés venido a menos había encontrado otra joven cantante francesa que pasó a ocupar toda su atención. Enfadada, Betty tuvo una acalorada discusión tras la que rompió toda relación con su antiguo manager. Aprendió la lección de la forma dura "No volvería a cometer aquel error" "Dejaría que aquella puta francesa se dedicase abrirse de piernas hasta que las tornas cambiasen. Y entonces ella estaría allí para verla caer."

Tras varios intentos buscando en salas menores y cafeterías de la ciudad, salió de Nueva York junto a una reducida maleta en un tren que la llevaría hasta lo que parecía el comienzo de una nueva vida

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Que su vida sea muy larga y su cordura dé para rato (con el permiso del gran Cthulhu)
La foto es de Peggy Lee. Pero para dar una imagen a Betty Vixen me viene al pelo


Si quieres, sigue

3 comentarios:

Ro dijo...

Gran comienzo para una historia. Sí señor.

Anónimo dijo...

Es duro ser artista...esperemos que todas las historias no acaben igual :)

Jarrek dijo...

Quien sabe donde le llevarán sus decisiones. Ahora mismo su vida es un folio en blanco.
La vida de artista es dura, si. Pero creo que merece la pena ¿o no? :)